martes, 9 de diciembre de 2014

9 Diciembre 1838 comienza el gobierno de Evaristo Pérez de Castro, uno de los redactores de "La Pepa"

Proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812. Salvador Viniegra, 1910-1912. Museo de las Cortes de Cádiz, Cádiz.

Pérez de Castro contribuyó decisivamente a dos de los pilares de la Constitución de 1812: el principio de la soberanía nacional y el reconocimiento del derecho a la libertad de imprenta. Este vallisoletano fue uno de los diputados que discutieron el proyecto constitucional, debate en el que se mostró entusiasta partidario de las tesis de Argüelles sobre la libertad de imprenta. Pérez de Castro se movió toda su vida en los aledaños del poder, llegando incluso a la Presidencia del Gobierno, cargó que ocupó año y medio, de 1838 a 1840. Como tantos españoles del turbulento XIX, se vio obligado a exiliarse cuando triunfaron opciones políticas que no eran las suyas, en concreto cuando Baldomero Espartero fue proclamado regente. Regresó en 1843. Murió en Madrid en 1848.

Retrato de Evaristo Pérez de Castro. Francisco de Goya, entre 1804 y 1808. Museo del Louvre, París.

En su etapa de madurez, el gran maestro Francisco de Goya inmortalizaba en un magnífico retrato a un joven político vallisoletano con el que mantenía una estrecha amistad. Evaristo Pérez de Castro, fue un apasionado patriota que desempeñó diversas funciones públicas durante los últimos años del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX y que ejerció como protector del pintor aragonés. Según la leyenda, cuando Goya estaba realizando el retrato del prócer vallisoletano, entre 1804 y 1808, quedó prendado de la belleza de su joven sobrina María García Pérez de Castro, de 16 años y conocida familiarmente por el apelativo de Sabasa, por lo que pidió permiso al político para realizar el elegante retrato en que aparece la joven ataviada con una mantilla blanca en la cabeza y una pañoleta de tonos dorados cubriendo el pecho, con la figura recortada sobre un fondo negro. Hoy día, dichos retratos goyescos se encuentran fuera de España, el de Evaristo Pérez de Castro en el Museo del Louvre y el de su sobrina en la National Gallery of Arts de Washington.

Retrato de Sabasa García. Francisco de Goya, entre 1804 y 1808. National Gallery of Art, Washington

Evaristo Pérez de Castro y Colomera (Valladolid1778 - Madrid28 de noviembre de 1849) fue un político y diplomático español. Fue secretario de Estado (1820-1821) y presidente del Consejo de Ministros (1838-1840), Gran Cruz de la Orden de Carlos III.

Retrato de Evaristo Pérez de Castro. Vicente López Portaña, 1839. Colección particular

Fue diputado en las Cortes de Cádiz tuvo un papel activo en reclamar la soberanía nacional para las mismas tras la invasión napoleónica. Como primer secretario de las mismas, suscribió el célebre Decreto de constitución de Cortes de 24 de septiembre de 1810, donde aquéllas se reclamaban depositarias de la misma.
Fue enviado extraordinario en Lisboa en 1809-10, y la junta de gobierno le comisionó para que pasara a Bayona para entrevistarse con Fernando VII, cautivo de Bonaparte. Fue diputado a Cortes en 1814, y de 1817 a 1820, ministro de España en las ciudades hanseáticas. Ministro de Gracia y Justicia durante el Trienio Liberal (18 de marzo de 1820 - 2 de marzo de 1821), fue quien decretó la amnistía de julio de 1820, que permitió el regreso a España de los afrancesados que se habían exiliado como consecuencia de la represión y persecución ejercida contra ellos por Fernando VII. Tras la década ominosa, volvió a la diplomacia a la muerte del rey.


Con la promulgación de la Constitución de 1837 evolucionó hacia posturas moderadas. En momentos particularmente turbulentos, la reina regente María Cristina le llamó para encomendarle la presidencia del Consejo de Ministros, al frente de un gabinete que combinaba a moderados y progresistas. Estuvo un año y medio al frente del gobierno (9 de diciembre de 1838 - 20 de julio de 1840), con dos reorganizaciones en noviembre del 39 y marzo del 40. Bajo su mandato Baldomero Espartero firmó en su nombre y en el de la regente el Convenio de Oñate que puso fin a la Primera Guerra Carlista.
El gobierno de Pérez de Castro promulgó una ley electoral que creaba pequeños distritos (favorables a los moderados) y usó de la iniciativa legislativa para presentar ante las Cortes la Ley de Ayuntamientos (1840), que preconizaba un modelo centralista de corte francés, con la designación de los alcaldes por parte del gobierno. La aprobación de esta ley dividió a la sociedad política de la época y terminaría con la renuncia de la regente María Cristina, por no avenirse ésta a negar su sanción a esa ley. Con Espartero encumbrado como regente, Pérez de Castro emigró a Francia y no regresó hasta su caída en 1843.
Realizó la edición de Una correspondencia de Godoy con la reina María Luisa (Madrid, 1814) y fue uno de los principales protectores de Francisco de Goya, que le inmortalizó en un retrato, así como a su sobrina Sabasa García.


1 comentario:

  1. La Pepa fue, quizás, el último momento que tuvo España para ser grande; pero la propia vileza del español lo arruinó todo.

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