Retrato de Carlos III hacia 1761. Anton Rafael Mengs |
Con Carlos III, Madrid sufre grandes reformas que no pasan desapercibidas para la historia. Este "Mal de la piedra" que "aquejó" al monarca, hizo de Madrid una ciudad moderna que abrazó los nuevos cambios con aires de grandeza.
Monumento ecuestre en honor a Carlos III situado en la Puerta del Sol. 1994
Carlos
III (Madrid 1716-1788), rey de España entre 1759 y 1788 e hijo de Felipe V e
Isabel de Farnesio, marchó a Italia en 1735 donde fue nombrado rey de Nápoles,
pero tras la muerte de su hermanastro Fernando VI sin descendencia fue
proclamado rey de España en 1759 y renunció a la corona de Nápoles en su hijo
Fernando; ya en Madrid, fue el primer monarca que habitó el Palacio Real.
Carlos III renuncia a la corona de Nápoles. Michele Forchini. 1759 |
Se
rodeó de excepcionales ministros, como Aranda, Campomanes, Floridablanca y
Jovellanos, con los que inició una serie de medidas para la reforma del país,
que incluían el saneamiento de la Hacienda, la reorganización del Consejo de
Castilla y la reforma de las Fuerzas Armadas, lo que produjo el resentimiento
de algunos sectores y que desembocó en el Motín de Esquilache, que originó la expulsión de la Compañía de
Jesús acusada de fomentar la revuelta.
Realizó
numerosas obras de mejoras urbanísticas como el pavimentado, el alumbrado y la
limpieza de las vías publicas y bajo su reinado se crearon la Real Fábrica de
Tapices, la de Porcelana del Buen Retiro, la Fábrica de Platería Martínez, el
Cuartel del Conde Duque, el Museo de Ciencias Naturales, más tarde Museo del
Prado, el Jardín Botánico, el Hospital General y la ampliación de los paseos
del Prado de San Jerónimo y de la Florida y muchos de los edificios más
representativos de Madrid,como la Puerta de Alcalá, la Casa de Correos, el
Templo de San Francisco el Grande, el Oratorio del Caballero de Gracia y las
fuentes monumentales de la Cibeles, Neptuno, Apolo y la de la Alcachofa.
La
empresa municipal Promadrid, S.A. fue quién decidió levantar esta estatua del
monarca; aunque hay otras estatuas del rey, una en los Jardines de Sabatini y
otra en el Jardín Botánico, ésta es la única ecuestre. Es
una reproducción de la estatua de Carlos III, atribuida a Juan Pascual de Mena,
de 1780, que se encuentra en la Academia de Bellas de San Fernando y fue
realizada por los escultores Eduardo Zancada y Miguel Ángel Rodríguez, quienes
modificaron las dimensiones del caballo y el rostro del rey, basándose en
retratos de Goya y Mengs.
El
proyecto del pedestal y dirección de las obras estuvo a cargo del arquitecto
José María Guijarro y José Barrado, arquitecto técnico, ambos del Departamento
de Conservación de Edificaciones del Ayuntamiento. Ell Ayuntamiento de Madrid pidió a los madrileños su opinión para
elegir el lugar donde instalarla, por lo que estuvo expuesta en 1993 en la
Puerta del Sol junto a varios fotomontajes de los que salió ganador con un 40%
la Puerta del Sol y, en segundo lugar, la Puerta de Alcalá. En su interior guarda
un microfilm con mensajes de los madrileños.
Las
inscripciones que rodean el pedestal fueron realizadas por el Catedrático de
Historia del Arte, Carlos Sambricio. En la parte central se cuenta la historia
de su reinado y en los laterales aparecen obras civiles y personajes
importantes del mismo. La
inauguración tuvo lugar el 16 de diciembre de 1994.
El texto que reproduce el pedestal a modo de columna trajana es el siguiente:
HIJO
DE FELIPE V E ISABEL DE FARNESIO, NACIO EN MADRID EN 1716. CASADO CON Dº MARIA
AMALIA DE SAJONIA. FUE DUQUE DE PARMA, PIACENZA Y TOSCANA Y REY DE NAPOLES.
SUCEDIÓ A SU HERMANASTRO FERNANDO VI EN EL TRONO DE ESPAÑA EN 1759. MONARCA
ILUSTRADO, GOBERNO Y MODERNIZADO EL PAIS CON AYUDA DE NOTABLES POLITICOS, REFORMADORES,
PENSADORES, CIENTIFICOS Y ARTISTAS. FORTALECIO LA JURISDICCION ORDINARIA Y EL
PODER CIVIL FRENTE A OTROS PODERES, DICTO MEDIDAS PARA LA REGENARACION DE LA
SOCIEDAD Y EL FOMENTO DE LAS BUENAS CONSTUMBRES. PATROCINO EL ESTUDIO DE LAS
CIENCIAS, LA MEDICINA, LA INGENIERIA Y LAS ARTES, FAVORECIENDO LA CREACIÓN DE
INSTITUCIONES CULTURALES Y DE LAS SOCIEDADES ECONOMICAS DE AMIGOS DEL PAIS PARA
LA PROMOCION DE LA FELICIDAD DEL INDIVIDUO Y EL AUMNETO DE LA RIQUEZA DE LA
NACION. PROMOVIO LA REFORMA AGRARIA, LA MINERIA, LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO.
INCREMENTANDOSE DURANTE SU REINADO LAS INSTALACIONES FABRILES Y EL DESARROLLO
DE LOS PUERTOS NAVALES. PROPICIO LA COLONIZACIÓN DE LOS DESPOBLADOS DE SIERRA
MORENA Y NUEVA ANDALUCIA MEDIANTE LA FUNDACION DE NUEVAS POBLACIONES. AUSPICIO
LA CONSTRUCCIÓN DE CANALES Y CAMINOS FACILITANDO EL TRAFICO DE MERCANCÍAS Y
PERSONAS. SUPRIMIO LAS RENTAS PROVENIENTES DE HACIENDAS PROVINCIALES, FUEROS,
ADUANAS INTERNAS Y MONOPOLIOS ESTABLECIENDO UNA UNICA CONTRIBUCIÓN. INSTAURO LA
LIBERTAD DE COMERCIO CON AMERICA, CREO EL BANCO DE SAN CARLOS, PRIMER BANCO
NACIONAL DEL REINO. APOYO LA INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS NORTEAMERICANAS.
PROMOVIO LAS EXPEDICIONES CIENTÍFICAS A AMERICA Y AUSTRALIA. DESARROLLO UNA
POLITICA DE DE CREACIÓN DE RIQUEZA EN LOS VIRREINADOS. RECONQUISTO MENORÍA.
IMPULSO LA MODERNIZACION Y EL EMBELLECIMIENTO DE LAS POBLACIONES PENINSULARES Y
AMERICANAS MEDIANTE EL TRAZADO DE PASEOS
Y ALAMEDAS, EL ESTABLECIMIENTO DE ALCANTARILLADO Y ALUMBRADO PUBLICO, LA
IMPOSICIÓN DE MEDIDAS HIGIENICAS Y DE LIMPIEZA DE LAS CIUDADES, LA CONSTRUCCIÓN
DE HOSPITALES Y CEMENTERIOS EXTRAMUROS Y LA APLICACIÓN DE ORDENANZAS
MUNICIPALES. LAS GRANDES OBRAS QUE REALIZO EN LA CORTE LO PROCLAMAN COMO EL
MEJOR ALCALDE DE MADRID. MURIO EN 1788.
Parte
superior, frente lateral derecho:
HOSPITAL
GENERAL, SALON DEL PRADO Y FUENTES DE NEPTUNO, APOLO Y CIBELES, JARDIN
BOTANICO, OBSERVATORIO ASTRONOMICO, GABINETE DE HISTORIA NATURAL HOY MUSEO DEL
PRADO, CASA DE CORREOS, REAL ADUANA Y PUERTAS DE ALCALA Y SAN VICENTE DE
MADRID, REALES SITIOS DE ARANJUEZ, LA GRANJA Y EL ESCORIAL, CANAL DE CASTILLA Y
CANAL IMPERIAL, RAMBLAS DE BARCELONA, GRAO DE VALENCIA, MINAS DE ALMADEN.
COLONIZACION DE SIERRA MORENA Y NUEVA ANDALUCIA, ACUEDUCTO DE RONDA, NUEVA
POBLACION EN FERROL, MARINA DE SANTANDER. PLAZA NUEVA VITORIA, ARSENALES DE
FERROL, CARTAGENA, SAN CARLOS DE CADIZ Y LA HABANA. RECONSTRUCCION DE LA CIUDAD
DE GUATEMALA, COLONIZACION DE PATAGONIA, TEXAS Y BAJA CALIFORNIA.
Parte
superior, lateral izquierdo:
CADALSO,
FORNER, IRIARTE, SAMANIEGO, ARTEAGA, CLAVIJO, CABANILLES, LORENZANA, MENGS,
ULLOA, PEREZ BAYER, MAYANS, LARDIZABAL, GOYA, VILLANUEVA, VENTURA RODRIGUEZ,
MARQUET, CABEZAS, MELLA, PONZ, ARNALL, SABATINI, HERMOSILLA, CARNICERO, LEMAUR,
ALTUNA, NAROS, PEÑAFLORIDA, MASDEU, JORGE JUAN, BETANCOURT, TOMAS LOPEZ, BAILS,
MELENDEZ VALDES, FERNANDEZ MORATIN, BAYEU, GONZALEZ VELAZQUEZ, FORONDA, ARANDA,
CABARRUS, CAMPOMANES, OLAVIDE, JOVELLANOS, AZARA, RODA, FLORIDABLANCA,
ENSENADA, FERNAN NUÑEZ, VIRGILI, PEDRAYES, FOS, GIMBERNAT, CONDESA BENAVENTE,
CARMONA, RICLA, PARET, MAELLA, MACANAZ, SANCHA, CELESTINO MUTIS, MALESPINA,
WALL, CAPMANY, LARRUGA, ASSO, TOPIÑO, CRILLON, VIRREY AMAT.
Carlos III en El Real Jardín Botánico. 1981
Se
levanta esta estatua del rey Carlos III presidiendo una de sus principales
fundaciones científicas, el Jardín Botánico, creado por Real Orden del 25 de
julio de 1774. Está ubicada en el centro de la composición espacial, en la
intersección de sus dos ejes principales, el norte-sur o paseo de Casimiro
Gómez Ortega y el este-oeste, que une el primitivo acceso desde el Paseo del
Prado y el antiguo invernadero o estufa de la terraza superior.
Puerta de Carlos III. Real Jardín Botánico |
La realización del Jardín Botánico se enmarca en la decidida
protección de Carlos III hacia las ciencias y la industria, afín a su carácter
ilustrado, una actitud que fue reconocida al conmemorarse el doscientos
centenario de su fundación, en 1981, con la dedicación de esta réplica, en
lugar tan principal, de la escultura del rey realizada por Alfonso Bergaz en
1783. Su vaciado en bronce fue costeado por la Fundación Juan March.
El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado. Luis Paret Alcázar. 1790 |
Se
trata de una estatua de bulto redondo, completa y de pie, muy realista, en la
que se representa al monarca, con aire seguro, afable y magnánimo a la vez.
Está vestido con armadura y manto, sujeto éste a la cintura con la mano
derecha, mientras con la izquierda sostiene un báculo. En su base y en la parte
posterior aparece la inscripción incisa: ME HIZO D. ALFONSO BERGAZ TEN.
DIRECTOR / DE LA R.l ACADEMIA DE S. FERNº / EN M. AÑO DE 1783.
El
pedestal es un bloque prismático, de planta cuadrada y aplacado de granito,
sobre basa de lo mismo, en el cual y en su frente principal se sitúa una
cartela de bronce con la inscripción yuxtapuesta: A / CARLOS III / CREADOR DE
ESTE / REAL JARDÍN BOTÁNICO / LA / FUNDACIÓN JUAN MARCH / 1781 - 1981.
Carlos III en los Jardines de Sabatini. 1961
El
conde de Mayalde, Alcalde de Madrid, convocó un concurso para erigir una
estatua a Carlos III. El académico Juan Adsuara presentó un proyecto y se le
adjudicó la obra, aunque en un principio se pensara instalar frente a la Puerta
de Alcalá. Aunque su primera ubicación fue en 1966 a espaldas del Palacio Real,
sin inauguración oficial, en 1972 se trasladó a los Jardines de Sabatini.
En
cuanto a su autor, el escultor Juan Adsuara, había obtenido en 1923 obtuvo el
Primer Premio en la Bienal de Venecia, en 1924 la Primera Medalla en la
Exposición Nacional de Bellas Artes, en 1929 el Premio Nacional de Escultura y
desde 1947 Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
A cuanto a la descripción de la escultura, es un figura
completa del rey, vestido con armadura y capa que se anuda con un lazo en el
pecho, bajo el que aparece el collar del Toisón de Oro. Lleva peluca con
bucles, la cual se recoge por detrás con una lazada, y apoya la mano izquierda
en el escudo de la Villa, que a su vez descansa en uno de los capiteles de la
Puerta de Alcalá sobre un rollo de pergamino que recoge las disposiciones
aprobadas por el rey. La base de la escultura lleva la firma: ADSUARA.
Testamento de Carlos III
Testamento del Rey Carlos III, hecho en el Palacio Real de Madrid a trece días del mes de Diciembre del año de mil setecientos ochenta y ocho.
En el nombre de la Santísima Trinidad. Yo D. Carlos III, por la gracia de Dios, Rey de las Españas y de las Indias, de las dos Sicilias y Jerusalén, etc. Estando enfermo del cuerpo, y sano enteramente del ánimo, y en mi juicio y entendimiento, y creyendo, como firmemente creo, en un solo Dios, trino y uno, en los Misterios de la Encarnación, Redención y Resurrección de la carne, y en todos los demás de nuestra Santa Fe Católica, en la cual pretexto vivir y morir, según la Comunión romana, hago y ordeno este mi Testamento cerrado para el que, y para el trance de la muerte, invoco por abogada e intercesora a la siempre Virgen María, en los Sagrados Misterios de su Concepción Purísima, de su Natividad y de su gloriosa Asunción; y también imploro el auxilio y patrocinio del Arcángel San Miguel, de los Santos Apóstoles, San Pedro y San Pablo, de San Juan Bautista, del Santo de mi nombre, del glorioso San Genaro, del Patriarca San Josef, de San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, San Pascual y demás Santos de la Corte celestial.
Cripta del Monasterio de El Escorial, donde yacen los restos mortales de Carlos III |
Entrego y mando mi alma a Dios, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, y quiero que por mi fallecimiento, sin embalsamarle, lo cual expresamente prohíbo, sea sepultado al lado de mi difunta mujer, D.ª María Amalia de Saxonia, que de Dios goce.
Declaro que del legítimo matrimonio que contraje con dicha mi mujer, me quedaron por hijos legítimos D. Phelipe Pascual, que murió; el Príncipe de Asturias D. Carlos, casado con su prima, D.ª Luisa de Borbón, de cuyo matrimonio tiene por hijos legítimos a D. Fernando, Don Carlos, D.ª Carlota, Princesa del Brasil, D.ª María Amalia, y D.ª María Luisa, mis nietos; D. Fernando, actual Rey de las dos Sicilias; D. Gabriel, que también ha fallecido, dejando por su hijo único y heredero al Infante D. Pedro, mi nieto e hijo de la Infanta de Portugal, Doña Ana María Victoria, también difunta; D. Antonio, D. Francisco Xavier, que igualmente murió; D.ª María Josefa y D.ª María Luisa, Archiduquesa, Gran Duquesa de Toscana.
También declaro haber sido heredero, en el tiempo de mi viudez, de mis dos hijos D. Phelipe y D. Francisco Xavier, y que por muerte de mi hijo D. Gabriel, me he declarado Tutor y Curador legítimo de dicho mi nieto el Infante D. Pedro. Es mi voluntad que en el caso de mi fallecimiento, se encargue de la misma tutela y curaduría mi hijo el Príncipe de Asturias, y espero de su rectitud y del amor que me tiene y ha tenido a sus hermanos, cuidará del referido mi nieto y su sobrino con el cariño que yo lo haría, mirando a la orfandad en que ha quedado, y haciendo se guarde todo lo capitulado con la Reina Fidelísima, mi sobrina, para el matrimonio que se celebró entre el citado D. Gabriel Antonio, mi hijo, y la Infanta D.ª María Ana Victoria, su mujer.
Igualmente declaro, que habiéndome Dios llamado al trono de España, hice un acto de cesión del Reino de las dos Sicilias a favor de mi hijo D. Fernando, como también de varios derechos que me correspondían por la sucesión de la Casa Farnese, y en consecuencia de esto, declaro también estar compensado el expresado mi hijo de sus legítimas paterna y materna, y de cualquier derecho a mis bienes libres, sin perjuicio del que tuviese a los vinculados.
Asimismo declaro compensados los derechos de legítima y herencia libre que pudieran pertener a mi hija la Infanta Gran Duquesa de Toscana, con la dote que llevó y he pagado, en cuya virtud deben tenerse por renunciados y cumplidos los enunciados derechos, y la doy por apartada de ellos.
Declaro que durante mi reinado he hecho algunas adquisiciones de bienes, raíces o estables, y varias mejoras y adelantamientos en otros, como son los pinares de Balsaín, la Moraleja, Palacio de Riofrío y otras cosas semejantes que heredé de mis padres y Señores D. Felipe V y D.ª Isabel Farnesio. Es mi voluntad que todos los bienes referidos y otros cualesquiera, de igual o semejante naturaleza estable, adquiridos en cualquier manera, por conquista, compra, cesión o herencia, queden incorporados a la Corona, y pasen a mi hijo el Príncipe, y demás subcesores en ella, sin división ni separación alguna; para lo cual, en caso necesario, derogo cualesquiera leyes y disposiciones en contrario, como Soberano que no reconozco superior en lo temporal.
Declaro por mi heredero y subcesor en todos mis reinos y señoríos de España y de las Indias y en todos los derechos y acciones de mi Corona, a mi querido hijo D. Carlos, Príncipe de Asturias, a quien encargo muy particular cuidado de la protección de la Religión Católica; el cuidado paternal de mis amados vasallos, y especialmente de los pobres, y el amparo, amor y asistencia de sus hermanos, y mis hijos, D. Antonio y D.ª María Josefa, los cuales le recomiendo muy particularmente, sin olvidar al Rey de las dos Sicilias, D. Fernando, ni a sus hijos y mis nietos, a quienes deseo toda prosperidad, y les doy mi bendición.
Mando se digan por mi alma, las de mis Señores padres y la de mi difunta mujer, veinte mil misas, repartiéndose en todo el reino de modo que verdaderamente se digan, y se socorra por medio de los Prelados a los eclesiásticos y comunidades pobres.
Quiero que también se den, a arbitrio de mis testamentarios, las limosnas que estimaren a los pobres de Madrid y otros pueblos verdaderamente necesitados, por medio de las juntas o Diputaciones de Caridad, y de los párrocos.
Entre mis bienes se hallará alguna cantidad de dinero sobrante de las consignaciones de mis gastos reservados. Es mi voluntad que la que fuere, la cual resultará de la razón o nota que para en poder de D. Almerico Pini, mi Ayuda de Cámara, se distribuya en la forma siguiente: Al Hospital general de Madrid, tres mil doblones sencillos; a los Hospicios, otra tanta cantidad; a Pini, por los muchos años que me ha servido, dos mil doblones, y lo restante, que serán poco más de tres millones de reales, a mis criados de cámara, casa, caballeriza, ballestería y demás, comenzando desde los Ayudas de cámara, Caballerizos de campo y Ballesteros inclusive, todos estos para abajo, o clases inferiores.
Encargo además al Príncipe, mi muy amado hijo, atienda a todos mis criados, desde las clases más altas hasta las más bajas, a cuyo fin se los recomiendo por el celo, amor y ley con que me han servido.
Mando se dé alguna alhaja de las que existen en mi poder, a arbitrio de mi hijo el Príncipe, y demás Testamentarios, a la Princesa, su mujer, al Rey de las dos Sicilias, y la suya, a la Infanta Gran Duquesa, y a mi nieta Doña Carlota, Princesa del Brasil, y quiero que las demás joyas, sacadas estas mandas, queden incorporadas a la Corona, en la misma forma que llevo prevenido en cuanto a los bienes estables.
He tomado providencia con Breve Pontificio para que se administren de mi cuenta las Encomiendas que poseyó mi hermano, el Infante D. Luis, con el objeto de aplicarlas, y sus aumentos, a la dotación de un hijo segundo de los Príncipes de Asturias, mis hijos, y de los Reyes subcesores. Encargo que se guarden estas disposiciones mías, y que se formalicen en la parte que fuere necesario.
Busto del monarca, Universidad Carlos III |
También encargo que en los Inventarios de mis bienes y distribución de éstos, se siga el método que he mandado observar en los de mi hijo el Infante D. Gabriel, para evitar dilaciones y costas, de manera que por los jefes de los Oficios se hagan formar relaciones auténticas de lo que hubiere, con sus tasaciones, y se excusen formalidades y gastos judiciales sin necesidad, para lo cual dispenso también en caso preciso cualesquiera leyes y disposiciones en contrario.
En el remanente de todos mis bienes, derechos y acciones, que no fueren dote, patrimonio, rentas y productos de la Corona, destinados a sus cargas ni efectos incorporados a ella por este mi Testamento, instituyo por mis únicos y universales herederos, a mis queridos hijos, el Príncipe de Asturias, D. Carlos, el Infante D. Antonio y la Infanta D.ª María Josefa, y a mi nieto el Infante Don Pedro, para que los lleven, con la bendición de Dios y la mía.
Nombro por mis albaceas y testamentarios a mis hijos el Príncipe y el Infante D. Antonio, al Patriarca de las Indias, al Arzobispo de Toledo, al Obispo de Jaén, Inquisidor general, al Mayordomo mayor, Caballerizo mayor y Sumiller de Corps, a mi Confesor Fray Luis de Consuegra, al Decano Gobernador interino del Consejo de Castilla, y a los Gobernadores de Indias y Hacienda.
Revoco otros cualesquiera Testamentos y disposiciones que haya hecho antes de ésta, y quiero queden sin algún valor ni efecto. Y en esta forma hago y dispongo este mi Testamento cerrado, escrito de mano de D. Josef Moñino, Conde de Floridablanca, Caballero Gran Cruz de mi Orden de Carlos III, Consejero y primer Secretario de Estado y del Despacho. Y lo firmo y sello en Madrid y Palacio Real a trece días del mes de Diciembre de mil setecientos y ochenta y ocho.
Yo el Rey. (Lugar del sello Real)
Joseph Moñino.
Papel sellado, con sello real |
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