D. José Canalejas y Méndez, nació en el
Ferrol el 31 de julio de 1854.
Sus padres fueron D. José Canalejas y
Casas, ingeniero industrial y Doña Amparo Méndez. Muy niño vino a Madrid,
donde se estableció su familia. Fue de un talento y precocidad asombrosos.
Cursó la Segunda Enseñanza en el Colegio de Santonja y luego en
el Instituto San Isidro de Madrid. Cursó simultáneamente en la Universidad
Central los estudios de Derecho y Filosofía.
En 1871 se licenció en Filosofía y un año
después, en Derecho. Al año siguiente se doctoró (1872). Tenía entonces 18
años y por nombramiento unánime del claustro explicó en la Universidad
durante tres cursos las asignaturas de "Principios Generales
de Literatura" y "Literatura Española". En la misma época
se dio a conocer como orador extraordinario en el Ateneo de Madrid. En la
Academia de Jurisprudencia en la que ingresó se reveló asimismo como un
gran orador. Destacó también como periodista fundando "El
Demócrata" y dirigiendo "El Heraldo de Madrid". Se había
señalado por sus ideas avanzadas y democráticas, simpatizando con
los principios republicanos, pero no tardó en separarse de ellos
ingresando con D. Cristino Martos en el Partido Liberal.
Fue por primera vez diputado a Cortes por
Soria (1881-1883) y más tarde por Algeciras y Alcoy, donde le nombraron
hijo adoptivo. En 1883 fue Subsecretario de la Presidencia con Posada
Herrera y en 1888, Ministro de Fomento, escribiendo entonces la importante
obra "Derecho parlamentario comparado". A finales del mismo año
es nombrado Ministro de Gracia y Justicia y en 1884 Ministro de Hacienda.
Al morir Sagasta y constituirse el primer
Gabinete Moret, fue elegido Presidente del Consejo en las Cortes de 1905.
Por último llegó a la Presidencia del Consejo y a la jefatura del Partido
Liberal.
Entre sus proyectos figura el Servicio
Militar Obligatorio, la Abolición del Impuesto de Consumos, la Ley de
Mancomunidades, el Proyecto de Ley de Huelgas Ferroviarias, una Nueva Ley
de Enseñanza, la reorganización de todos los Servicios del Estado y el
acometimiento de grandes mejoras mediante un presupuesto extraordinario de
1.500 millones de pesetas como también el proyecto de resolver la llamada
"cuestión religiosa" en sentido avanzado, lo que promovió gran
revuelo y grandes protestas.
La trayectoria de D. José Canalejas fue
ampliamente liberal. Fruto de su política fue la promulgación de la R.O.
permitiendo la manifestación de signos en la fachada de los edificios
religiosos y la aprobación en sesión permanente de la llamada "Ley
del Candado" en 1910.
Otra de sus leyes es la
que substituye el juramento por la promesa, para los que opten por la
última en los actos públicos, excepto los militares.
Dotado de una extraordinaria capacidad de
trabajo, podía soportar las mayores fatigas sin que su organismo pareciera
sentir cansancio. Fue Decano del Colegio de Abogados de Madrid y
Presidente tres veces de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia,
Académico de la de la Lengua y de la de Ciencias Políticas y Morales y
desde 1904, Presidente del Ateneo de Madrid. Publicó numerosas obras.
De este hombre extraordinario, gran
político y hombre de letras, el periódico ABC decía: "La clemencia
fue siempre su inspiración". En vano se registrará minuciosamente su
vida pública y privada para encontrarle un rencor, una venganza, un
despecho, nada que pareciera violencia ni aún severidad.
Actual Plaza de Canalejas con los edificios Tomás Allende y Meneses |
"Era Canalejas sobre todo un hombre
clemente, piadoso, todo blandura y tolerancia, pródigo y exaltado en sus
efusiones generosas... Todas las contrariedades y amarguras que le deparó
la política se originaron en esta noble condición...Quería una solución
para cada problema, un remedio para cada necesidad, una satisfacción para
cada descontento... Le bastará su talento excepcional y su elocuencia
soberana para subir desde muy joven las más altas jerarquías. No tuvo que
buscar con propagandas, promesas y halagos, masas que lo encumbrasen. Se
encumbró él sólo y ya en lo alto, cuando a nadie necesitaba, se fue hacia
el pueblo, al que suelen olvidar los que le deben todo y con el pueblo
se comprometió en una política radical, reparadora y un poco romántica,
pero absolutamente desinteresada.
Había suprimido de hecho la pena de muerte
y pretendido borrarla del Código... y muere asesinado alevosamente, cuando
caminaba indefenso y descuidado".
Biografía del Asesinato
¿Cómo
tuvo lugar el crimen?
El 12 de noviembre de 1912, a las 11:25 de
la mañana, pasaba D. José Canalejas por la Puerta del Sol, sólo y a pie
después de haber despachado con S.M. el Rey. Regresaba de su domicilio de
la calle de las Huertas y como tenía convocado Consejo de Ministros en el
Ministerio de Gobernación en plena Puerta del Sol, decidió dar un paseo,
dirigiéndose desde su casa por la Plaza del Ángel, y calle de Espoz y Mina
para llegar al Ministerio. Antes de cruzar la calle de Carretas, se detuvo
ante el escaparate de la Librería San Martín para ver algunos libros que
allí había expuestos. En aquel momento, un hombre joven, de mediana
estatura, bien vestido, con un gabán gris claro, pantalón azul marino, sombrero
flexible, se acercó al Presidente por la espalda y sin que éste se hubiera
apercibido, sacó una pistola Browning de gran calibre, y apoyándose en su
hombro hizo sobre su víctima tres disparos consecutivos ocasionándole la
muerte instantáneamente. Cayó al suelo el Presidente frente a la Librería.
El criminal, al ver que Canalejas caía y la gente se arremolinaba a su
alrededor, trató de huir entre unos coches que allí
había estacionados. Uno de los agentes de Policía que seguía a cierta
distancia al Presidente, al presenciar el crimen, se lanzó sobre el
asesino consiguiendo darle un golpe con el bastón que llevaba.
Simultáneamente, uno de los que por allí pasaban, de nombre Víctor Galán,
ordenanza de ""La Filarmónica"", y al presenciar el
atentado, se lanzó también sobre el asesino. Este, acorralado, vio que no
podría librarse de un linchamiento y entonces dirigió el arma contra sí
mismo haciendo dos nuevos disparos, cayendo al suelo moribundo.
Manuel Pardiñas |
El Presidente permaneció unos momentos
caído en el suelo ante el estupor de los que se habían arremolinado a su
alrededor. Pero al poco tiempo era trasladado al Ministerio de la
Gobernación por cuatro agentes de Orden Público. Allí, los médicos que de
inmediato acudieron, no pudieron hacer más que certificar su defunción. El
asesino, aún vivo, fue llevado a la Casa de Socorro del Distrito de Centro en
la cercana Plaza Mayor.
Heridas
mortales
El Sr. Canalejas había recibido una herida
en la región occipital con orificio de entrada detrás de la oreja
izquierda y de salida por el oído derecho. La muerte había sido
instantánea. La herida era mortal de necesidad.
En cuanto al asesino-suicida, en estado
agónico, fue trasladado a la Casa de Socorro del Distrito de Centro
situada en la vecina Plaza Mayor, donde fue recibido por el Médico de
Guardia quien le practicó un rápido reconocimiento, apreciando una herida
de bala con orificio de entrada en la región temporal derecha y otro
de salida en la región parietal izquierda. A las 2:23 fallecía sin haber recobrado
el conocimiento siendo trasladado seguidamente al Depósito Judicial donde
se le practicaría la autopsia.
Sobre el cadáver fueron hallados una
partida de nacimiento, un retrato de mujer con la dedicatoria
""A mi inolvidable Manuel"", un documento con el
rótulo "Conflagración mundial: París" redactado en clave, un
folleto de propaganda anarquista, un fragmento de la "Astronomía
Popular" de Flammarion, un número del periódico ABC del día del
crimen, una pluma estilográfica de oro, una cédula personal y una carta
del Comité Internacional de Ginebra en la que se le preguntaba si seguía
trabajando en la obras del Palace Hotel y por último, un billete de 25
pesetas, 16 en plata y 1.55 en calderilla.
Canalejas yace muerto |
Los documentos demostraban que el asesino
era Manuel Pardinas Serrano, nacido en El Grado (Huesca) el 1º de enero de
1886. Era hijo de Agustín Pardinas Ferriz, carabinero licenciado y de
María Serrano. Era un conocido y peligroso anarquista.
El cuerpo del Presidente Canalejas fue
expuesto en el Salón principal del Ministerio de la Gobernación que desde
entonces se conoce como "Salón Canalejas". El Rey D. Alfonso
XIII, visiblemente emocionado, se presentó de inmediato en el
Ministerio acompañado del Marqués de la Torrecilla y del General Aranda
que era el Ayudante de Guardia. Ante el cadáver del Presidente fue
informado por el Jefe Superior de Policía que le dijo: "El criminal
está fichado en la Jefatura" a lo que el Rey le contestó secamente:
"¡Pues sí que han vigilado ustedes bien!".
Calle Carretas |
Canalejas sabía que le acechaba la muerte.
Conocía la existencia del anarquista Pardinas y sabía que era un hombre
muy peligroso. Pocos días antes había confesado a su esposa () que
"estaba de mal humor porque se había perdido la pista de un hombre
peligroso". Doña María le había preguntado:
"¿Un anarquista?"
- "Sí", le había contestado
Canalejas, " y de acción. Estaba en Francia y allí le seguía la pista
un policía español para conocer sus pasos, pero al parecer, le perdió la
pista y sólo supo que se había internado en España y tengo el convencimiento
de que nos dará algún disgusto serio. Se llama Pardinas".
La Prensa y cuantos conocían a Canalejas
manifestaron que "aquel crimen se podía haber evitado". ¿Hubo un
complot?
LIbrería San Martín |
Algunos de los peatones pudo observar que
el criminal estuvo conversando antes de los disparos con alguien que se
fue rápidamente, de lo que parece deducirse que el criminal no estaba
sólo.
Uno de los hijos del Librero Sr. San
Martín presenció el crimen desde el interior de la Librería. Observó cómo
el Presidente se había detenido ante el escaparate de la Librería, cosa
que siempre hacía cuando pasaba por allí. De pronto, observó que se rajaba
la luna del escaparate al mismo tiempo que escuchaba lo que parecía ser
un disparo. La luna del escaparate se rompió en pedazos. Tres disparos más
se oyeron cuando abrieron la puerta. No pudieron salir porque el cuerpo de
Canalejas estaba atravesado ante la puerta.
Intentó el Sr. San Martín, ayudado por la
dependencia, introducir el cuerpo del Sr. Canalejas en el interior de la
Librería, pero acudieron unos guardias y se lo llevaron al Ministerio de
la Gobernación. La sangre que quedó en el suelo fue muy poca. La luna de
la puerta tenía dos orificios redondos, quedando destrozada en gran
parte.
En la parte izquierda del marco de la
puerta se veía la huella de otro disparo. En cuanto a la posibilidad de un
complot, luego se supo que al parecer todo comenzó en una reunión de
terroristas que tuvo lugar en Tampa (Florida, USA) donde se había decidido
asesinar al Rey y a su primer Ministro. Entre estos grupos se hallaba
Pardinas que se había ofrecido a realizar los atentados. De Florida pasó
a París y Burdeos, donde estuvo bajo vigilancia policial. Constant Leroy
en uno de sus libros había enviado desde París una foto de Pardinas tomada
en Tampa.
Sepulcro de Canalejas en el Panteón de Hombres Ilustres |
Como en todos los magnicidios, los móviles
son muy complejos y siempre suelen quedar en el misterio. Aquí, en el caso
del asesinato de Canalejas se ha hablado sobre la posible influencia que
tuvieron las Leyes que promulgó, como la "Ley del Candado" que restringió
las asociaciones de Órdenes y Congregaciones religiosas.
Canalejas había dicho: "No llegaremos
a la expulsión de las Órdenes religiosas, ni aspiramos a separar la
Iglesia del Estado. Tampoco podemos consentir, sin embargo que la Iglesia
quiera estar por encima del Poder Civil". Pero rechazó la enseñanza
anti-religiosa considerándola antipatriótica y antimoral.
Otros hacen intervenir poderes ocultos del
extranjero por su intervención en el problema de Marruecos. Quince días
después del asesinato, el 27 de noviembre, se firmaba el Tratado
Hispano-marroquí.
En el Congreso había expresado así su
pensamiento: "Se viene procurando, desde hace algún tiempo, no
defender ideas y propagar doctrinas, sino lanzar ultrajes e imponerse por
amenazas. Yo creo y he sostenido siempre, que no hay partidos legales ni
ilegales; que todas las ideas son lícitas, que el pensamiento no
delinque, es decir todo lo que constituye la esencia de la doctrina
democrática y creo también que dentro y fuera del Parlamento, los ciudadanos
deben ejercer el derecho de reunión, el derecho de manifestación, el de
petición, el electoral, etc. Pero lo que no creo lícito es que a sabiendas
se difundan especies falsas, notoriamente falsas e injustamente falsas,
para agradar a los demás"... "Otros dicen que este Gobierno
es una prolongación de Maura; se habla de indultos que se están
concediendo ahora y que no están en la estadística publicada y nos llaman
regresivos, ellos mismos dicen que tenemos rozamientos con el Vaticano, y sin
embargo nos llaman clericales; preparamos proyectos presentados al
Instituto de Reformas Sociales, y sin embargo nos llaman capitalistas
plutócratas; otro día, en fin, presenta el Ministro de Hacienda proyectos
que benefician al trabajador y se dice que somos enemigos del
proletariado".
La
noticia del asesinato
La noticia del asesinato se difundió
rápidamente por todo Madrid y de aquí a toda España y al extranjero. La
indignación fue unánime. Grupos de gente se agolpaban ante el Ministerio
de la Gobernación, siendo necesaria la presencia de algunas parejas del
Cuerpo de Seguridad a caballo para poder asegurar la circulación.
La penosa misión de llevar la noticia a la
viuda del Presidente fue la triste misión de D. Alejandro Saint-Aubin,
hermano político de Canalejas. Los Ministros de la Guerra y Gracia y Justicia
llegaron poco después. El Rector suspendió las clases en la Universidad.
Doña María se trasladó al Ministerio con todos sus hijos. Era tal la
afluencia de personas y allegados que tuvieron que cerrar las puertas del
edificio colocando refuerzos de la Guardia Civil y del Cuerpo de Seguridad.
Autor del texto: Profesor José Manuel Reverte Coma
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