En
la época de Carlos I la Corte solía residir en Valladolid. “Villa por villa,
Valladolid es Castilla”, se decía y cantaba. Fue Felipe II el que traslado la Corte a Madrid en 1561. Sin
embargo su hijo, Felipe III (1598-1621), instigado por su valido, el duque de
Lema, pensó volver a Valladolid. (Los historiadores aseguran que el único
motivo que le llevaba al Duque a este cambio de sede era promover sus negocios:
su nepotismo (favorecer a sus familiares hasta el impudor) y su inmensa
avaricia han pasado a ser memorables).
Felipe III a caballo. Obra de Velázquez hacia 1635 |
Los responsables madrileños, enterados de
esa posibilidad, trataron de evitarla por todos los medios a su alcance pues se
derivarían grandes pérdidas para su prestigio y economía. De la misma forma los
munícipes vallisoletanos, entusiasmados por ese proyecto y halagados por verse
de nuevo favorecidos por la Corte, se esforzaban porque así fueran las cosas.
Tras una estancia de los reyes en Valladolid en junio de 1600, en la que fueron
agasajados de manera ostentosa al tiempo que los vallisoletanos ofrecían al
duque incluso el cargo de regidor, Felipe III regresó a Madrid pero el 10 de
enero de 1601 se anunció oficialmente el traslado de la Corte a Valladolid.
Retrato de Felipe III por Juan Pantoja de la Cruz hacia 1606 |
Al día siguiente salieron para su nueva
resistencia, llegando a su destino el 9 de febrero, donde les fueron entregados
los honores, tributos y donaciones prometidas y el duque de Lerma hizo sus
grandes negocios recibiendo donaciones de los vallisoletanos y rentas que el
rey le adjudicó, y comprando y vendiendo lo que hoy diríamos bienes
inmobiliarios, como, por ejemplo, el palacio de Camarasa que era el mejor de
Valladolid.
Retrato ecuestre del duque de Lerma por Rubens hacia 1603 |
Grandes y muy afamadas fueron las fiestas,
jolgorios y espectáculos que se organizaron desde ese momento pasando el rey la
mayor parte de su tiempo ocupado en ellos. (Conviene
recordar que Felipe III, del que el embajador de Venecia dijo que era capaz
para los negocios y los entendía, había depositado totalmente la gestión del
reino en su valido u hombre de confianza plena: el duque de Lerma, que desde
principio ya se encargó de cultivar en el rey su gusto por placeres como la
caza, la danza, las corridas de toros y espectáculos con animales, la
equitación… y hasta los juegos de cartas, en que pasaba casi todo su tiempo,
con tal de que no gobernarse y le cediese todo el poder. Y así fue. Por eso en
Valladolid la vida real siguió las mismas prácticas que mientras estuvo en
Madrid).
Valladolid a finales del siglo XVI |
No obstante, a pesar de lo bien que
transcurría todo el negocio de unos y otros y las diversiones de los reyes, a
principios del año 1606 empezaron a correr rumores de que la Corte podría
regresar a Madrid. Efectivamente, una comisión formada por el corregidor y
varios regidores madrileños se había entrevistado con el rey proponiéndole la
vuelta a una ciudad más amplia y capaz, más céntrica y hasta más sana, al
tiempo que le ofrecían “servirle” con 250.000 ducados en diez años y la sexta
parte de los alquileres de las casas durante ese mismo período. Es necesario
saber que la ciudad de Valladolid, con unos 75.000 habitantes, tenía muchas
dificultades urbanísticas para recibir y alojar a todo el aparato que llevaba
consigo la Corte, hasta el punto de que hubo de pensarse si llevar algunas
dependencias a localidades cercanas. Esta situación además provocaba demasiadas
aglomeraciones y muchos inconvenientes para la vida de cada día.
Jardines del reservado de la Casa de Campo con la estatua de Felipe III hacia 1634 |
El
rey accedió y el 4 de marzo de 1606 salió de Valladolid camino de Madrid. (Es interesante recordar dos detalles. El
primero, que prácticamente hasta la Edad moderna, las Cortes solían ser
itinerantes en el sentido de que iban allá a donde marchaba el rey y
permanecían con igual criterio. El
segundo aspecto a destacar es que lo que llamamos Corte referido a aquellos
tiempos estaba constituido por una muchedumbre de personas que incluían desde
los políticos y ayudantes cercanos a los reyes, escribanos y demás responsables
de la gestión administrativa, los profesionales de toda clase de servicios -médicos, barberos, carpinteros…- hasta el tropel de personajes que vivían a su
costa: artistas, escritores, comediantes… y usureros y maleantes. Todo ese
tropel se desplazaba de un sitio para otro al albur de lo que decidían los
reyes en función de las conveniencias e intereses del reino y los suyos
propios).
Fuente: Juan Carlos López Eisman
Eventos
acontecidos durante el tiempo en que Valladolid es capital
- 17 de enero de 1601: Tratado de Lyon entre Francia, España y Saboya para poner fin a la guerra entre Carlos Manuel I de Saboya, Duque de Saboya, y el rey francés Enrique IV.
- 9 de febrero de 1601: Felipe III se muda a Valladolid.
- 5 de julio de 1601: Los tercios del Imperio español ponen sitio a la ciudad de Ostende.
Asedio de Ostende |
- 2 de septiembre de 1601: Expedición española a Irlanda.
- 3 de enero de 1602: Batalla de Kinsale entre Inglaterra y los rebeldes irlandeses apoyados por España.
- 12 de diciembre de 1602: Ginebra repele con éxito un ataque por parte de las fuerzas combinadas de Saboya y España.
- 1602: España y Persia sellan una alianza militar en contra del Imperio otomano.
- 29 de septiembre de 1603: Países Bajos - Ambrosio Espínola toma el mando del sitio de Ostende.
- 3 de octubre de 1603: Filipinas - Sublevación de los colonos chinos contra las autoridades españolas.
- 28 de agosto de 1604: firma del Tratado de Londres entre Jacobo I de Inglaterra y Felipe III de España, fin de la Guerra anglo-española de 1585-1604.
Firma del Tratado de Londres |
- 20 de septiembre de 1604: Concluye el sitio de Ostende con la toma de la ciudad por los tercios españoles de Ambrosio Espínola.
- 8 de diciembre de 1604: Gaspar de Zúñiga y Acevedo reemplaza a Luis de Velasco como Virrey del Perú.
- 8 de abril de 1605: Nace el futuro rey Felipe IV de España.
- 4 de marzo de 1606: la corte del rey Felipe III se traslada de Valladolid a Madrid.
Me gusta leer información histórica sobre temas variados, sin agobiar y de manera amena, como aquí se cuentan, ¡Gracias!
ResponderEliminarHola Cilos, gracias por tu comentario. Un saludo
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