El Retiro es mágico, se mire como se mire, sus cascadas, su estanque, su palacio de cristal, su flora y su fauna, una gran colección de estatuas que se tornan monumento a cada paso que damos por este bello vergel...
Pero desde siempre, en el Retiro, ha existido una estatua que emociona profundamente, y es el retrato ecuestre de Arsenio Martínez Campos, de la mano del genial Mariano Benlliure.
Cuando te detienes a observar este monumento, el tiempo se congela, te sumerges en la historia, y formas parte de un batallón de combate que retorna a casa después de la dura pugna. El tiempo contenido y la soberbia planta del general, infunden respeto, amedrentan al enemigo e inspiran una falsa sensación de paz, solo interrumpida por los tambores de guerra.
Recrear tanta fuerza con la contención que lo hace Benlliure, sólo puede ser obra de un genio. Ensimismarse ante tal escultura es natural, es necesario, es una oportunidad única para encontrar en el metal la fuerza y la expresión, inherentes a la historia. Una invitación a la reflexión y al más claro ejercicio de observación.
Historia de un monumento
La idea de dedicar un monumento
para enaltecer y honrar la figura del capitán general Arsenio Martínez de
Campos y Antón surgió en 1888, a propuesta de los profesores Pedro Antonio
Berenguer y José Ibáñez Martín de la Academia Militar, si bien no pudo iniciarse
hasta la convocatoria del concurso realizada por una comisión presidida por el
marqués de Cabriñana.
Boceto preparatorio |
Nacido en Segovia en 1831 y
fallecido en Zarauz en 1900, Martínez Campos destacó en los frentes de Aragón
contra las tropas carlistas, en la guerra de África, en México, en Cuba, contra
los insurrectos, y tras mostrar su servicio a la Primera República conspiró
para reentronizar a los Borbón en la figura de Alfonso XII, proclamándose en
Sagunto el 29 de diciembre de 1874. El éxito del golpe le convirtió en el
militar más famoso de su tiempo, siendo nombrado en 1876 capitán general e
incluso, tres años más tarde, presidente del gobierno conservador, aun cuando
sólo lo sería por unos meses, a causa de sus enfrentamientos con Cánovas del
Castillo. Después continuaría en la política, pero ya en las filas liberales,
ocupando el ministerio de la Guerra en 1881, sin desatender su profesión
militar.
La estatua fue realizada por
suscripción popular, en la que participó la Familia Real, el Gobierno y el
Ejército, el cual aportó las 21 toneladas de bronce fundidas en el taller
barcelonés Masriera, siguiendo el proyecto del artista ganador del concurso,
Mariano Benlliure, quien recibió 133.000 pesetas y la Gran Cruz del Mérito
Militar por el mismo. Un modelo del monumento en bronce, a pequeña escala, se
conserva en el Museo del Ejército.
Fue inaugurado con asistencia del rey
Alfonso XIII el 28 de enero de 1907 en este lugar del Retiro, donde se hallaba
el estanque llamado de los Cisnes, si bien la plaza que lo rodea sería
remodelada y embellecida tras la Guerra Civil, sustituyendo la barandilla
metálica y ajardinamiento de su alrededor por una lámina de agua.
Se trata de una bella e imponente
escultura ecuestre del famoso militar, resuelta con carácter realista, al que
se le representa en posición de observación del campo enemigo, con la mirada
viva y serena. Está ataviado con capa y gorra militar, con la mano izquierda en
las bridas, la derecha sobre el muslo y los pies en las espuelas. Destaca la
belleza del animal, con la cabeza hacia abajo y ladeada, y la pata trasera
derecha levantada. El monumento está erigido sobre un alto pedestal, a modo de
risco, huyendo de cánones clásicos, si bien siguiendo una estructura piramidal,
que la aproxima al gusto modernista imperante.
El pedestal es un volumen macizo,
constituido por tres cuerpos: el superior tratado rústicamente, con superficie
rugosa, simulando una gran roca, y los dos inferiores de geometría prismática y
textura lisa.
En el frente principal, y en la parte inferior, se introduce una
composición variada de restos militares, que aluden a la Batalla de los
Castillejos, con una rueda de carro, rifles, un tambor, dos banderas, un cañón,
e incluso guirnaldas vegetales. Sobre este grupo se yuxtapone en la roca la
inscripción: AL GENERAL / MARTÍNEZ CAMPOS / MODELO DE PATRIOTAS Y SOLDADOS /
ESPAÑA. La roca está tallada con relieves bélicos en su lateral derecho, representativos
de sus campañas, indicándose en su base la inscripción yuxtapuesta: ÁFRICA /
1859 - 1860, mientras que en el izquierdo aparece la leyenda yuxtapuesta: CUBA
/ 1869 - 1870 1872 / 1878 1895 / CATALUÑA NORTE /
1873 1875 1874-1876 y en la base una lápida
que expone: ERIGIDO / POR SUSCRIPCIÓN NACIONAL / VOLUNTARIA / INICIADA EL 5 DE
DICIEMBRE / DE 1904 POR EL / MARQUÉS DE CABRIÑANA. En la parte posterior de la
roca y en su base se indica con inscripción yuxtapuesta: INAUGURADO / POR S. M.
EL REY DON ALFONSO XIII / 28 DE ENERO DE 1907.
Arsenio Martínez Campos |
Mariano Benlliure |
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