Luis I de España, llamado «el Bien Amado» o «el Liberal» (Madrid, 25 de agosto de 1707-ibídem, 31 de agosto de 1724), fue rey de España desde el 15 de enero de 1724 hasta su muerte. Su reinado, de 229 días, es el más efímero de la historia española (sin contar el gobierno de Felipe el Hermoso). Era el hijo mayor de Felipe V y María Luisa de Saboya.
Vió la luz en el palacio del Buen Retiro y por tanto fue el segundo Borbón en ocupar el trono español y el primero de ellos en nacer en España.
Los madrileños, tan dados a poner sobrenombres, le llamaban el Bien Amado pero, su mejor descripción se la debemos al duque de Saint-Simón que dice "Es rubio, delgado y alto. Posee un rostro agradable, aunque la nariz es grande. Tira bien, gusta de la caza y baila de maravilla…Es muy discreto y callado. Constituye, en fin, la pasión dominante de los españoles, que no se cansan de verlo y perseguirlo con sus aclamaciones. El los ama a la recíproca"
Luis XIV presenta a su nieto, el Duque de Anjou (futuro Felipe V), como nuevo Rey de España. Los Borbones aparecían en la historia de España. Obra de François Gerard. |
En abril de 1709, Luis, es jurado como Príncipe de Asturias por las Cortes. Cuando contaba cinco años de edad falleció su madre y su padre volvió a casarse. La nueva esposa de su padre, Isabel de Farnesio no sentía demasiado aprecio por los hijos habidos en el primer matrimonio de su esposo ya que, estos ocupaban un lugar más aventajado que los suyos propios en la línea de sucesión. Así pues, la infancia de Luis, sin madre y con un padre que sufría frecuentes ataques de "melancolía", fue triste y solitaria, acompañado tan sólo por sus hermanos menores.
Luis I por Jean Ranc. 1723 |
Tampoco su educación fue esmerada. Durante sus primeros años su tutela fue encargada a la princesa de los Ursinos que lo educaría de manera severa y estricta. Cuando Isabel de Farnesio se convirtió en reina de España “devolvió” a la princesa de los Ursinos a Francia, y a partir de entonces se encargaría la educación de Luis a distintos ayos que lo instruyeron en latín, francés, gramática y aritmética. Como tutor del príncipe fue nombrado en 1716 Restaino Santelmo-Stuart duque de Pópoli siendo su confesor el jesuita Juan Marín aunque parece ser que, durante algunos años, el francés Laubrussel también ejercicio como tal.
Luis I por Jean Ranc. 1724 |
Luis era callado, discreto, amante de la música y de las artes y de agradable trato. No sabemos si fue este carácter suyo el que le valió el sobrenombre del Bien Amado que le dieron los madrileños ya que, algunos biógrafos como W.Clarke y A. Viollett aseguraron que también le gustaban las salidas nocturnas en las que se hacía acompañar por un criado de mala reputación y que sus inclinaciones sexuales abarcaban tanto a hombres como a mujeres y tal vez fuera ésta la razón del sobrenombre. Por el contrario el duque de Saint- Simón dice" Tira bien; gusta de la caza y demás ejercicios; baila a la maravilla toda clase de bailes, que aprende en un momento"… "Vive sujeto, bien que en distintas manos, y encerrado con hijos de criados que forman su circulo y a cuya compañía se ha acostumbrado"…… En parecidos términos se expresa el marqués de San Felipe. Lo cierto es que la vida de Luis fue demasiado corta y que los madrileños, siempre tan perspicaces, le querían. Además, según parece, Luis acostumbraba a ocultarse durante sus correrías nocturnas bajo un disfraz de chulo madrileño.
Lógicamente, el matrimonio de Luis sería acordado por sus padres conforme a los intereses de estado y la elegida fue Luisa Isabel de Orleáns. En Octubre de 1721 se publica el compromiso matrimonial. Luis tiene 14 años y 12 su prometida. El 9 de enero de 1722 pasa a España Luisa Isabel y el 20 de enero en Lerma se celebra el matrimonio. Dado que la joven esposa no había llegado todavía a la menarquia la consumación del matrimonio quedaría pospuesta hasta que este hecho se produjera. El duque del Pópoli seguiría al lado de Luis como Mayordomo Mayor de su casa.
No fue acertada la elección de esposa para Luis, la propia abuela paterna de la novia llegó a decir de su nieta: …"no puede decirse que sea fea, tiene los ojos bonitos, la piel fina y blanca, la nariz bien formada, la boca pequeña: Sin embargo, a pesar de todo esto, es la persona más desagradable que he visto en mi vida"….
La Familia de Felipe V por Jean Ranc. 1723 |
Sufrió Luis con ella, sufrieron los Reyes y sufrieron quienes velaban por los Príncipes. Todavía no se ha consumado el matrimonio y ya la corte empieza a escandalizarse de sus extravagancias, sus deseos de andar ligera de ropa, sus impertinencias, sus excesos con la comida y la bebida y su falta de responsabilidad total y absoluta.
En agosto de 1723 y en el cumpleaños del Príncipe, Felipe V da su autorización para que el matrimonio sea consumado. Un diplomático francés en carta escrita al cardenal Dubois explica : …."A la mañana siguiente de ejecutar lo que ya se les había permitido, el Príncipe parecía satisfecho; la Princesa acalorada; ambos muy alegres"
Pocos meses después, exactamente el 15 de enero de 1724, se produce la abdicación de Felipe V. Los Príncipes residían en San Lorenzo del Escorial, confinados desde hacía más de un año a fin de que la extravagante conducta de Luisa Isabel no fuera objeto de constantes murmuraciones en la corte. Hasta allí se desplaza el marqués de Grimaldi con el acta de abdicación.
Luis, convertido ya en rey de España con el nombre de Luis I, se traslada con su joven esposa a Madrid donde el 9 de febrero y en la iglesia de San Jerónimo el Real tiene lugar la proclamación, Son los monarcas más jóvenes de la historia de España, dieciséis años el Rey y catorce la Reina.
Luis tenía verdadero empeño en ejercer su papel de rey de la mejor manera posible y escuchaba atentamente a los miembros de la Junta de Despacho y al marques de Grimaldi. Su padre y su madrastra, Isabel de Farnesio, seguían todos sus movimientos desde el palacio de la Granja donde vivían tras su abdicación. Algunos de los miembros de la Junta intentaron separar al joven Luis de la influencia paterna pero la brevedad de su reinado no hizo posible la implementación de cambios en la política interior.
Requiem a Luis I de España, José de Torres
El 21 agosto de ese mismo año, Luis I, enfermó gravemente. Los médicos diagnostican viruela maligna. El médico de cámara que llevó la dirección del tratamiento fue el doctor Pedro de Agüenza, asistido por los doctores Higgins, Diaz y Suñol y Sanchez. El tratamiento, como correspondía al estado de la medicina de la época fue sintomático; además de controlar el exantema se le administraban enemas para el estreñimiento y “jarabe de diacodon” para mitigar el insomnio y aliviar el dolor. Como era habitual en aquellos años se le realizaron sangrías a pesar de la oposición a dicho tratamiento del doctor Higgins, un médico irlandés, doctor en varias universidades y de gran fama. En su opinión, la segunda sangría fue la que condujo al egregio paciente a la muerte.
Felipe V, padre del monarca y su esposa Isabel de Farnesio, permanecieron en la Granja para evitar contagiarse y allí recibían diariamente el parte médico que emitían los doctores que lo trataban. Por el contrario, la joven Reina permaneció al lado de su esposo mientras duró la enfermedad cuidándole con singular mimo a pesar de los intentos de los médicos por separarla del lecho del enfermo.
A los diez días de iniciado el cuadro apareció una fiebre muy elevada y de difícil control. Como era costumbre, sus aposentos se llenaron de reliquias y se hicieron procesiones y rogativas. Todo fue inútil. Luis I fallecía a las dos de la madrugada del día 31 de agosto. Acababa de cumplir diecisiete años.
Los restos mortales del que fuera llamado el Bien Amado fueron trasladados al Panteón de Reyes del Monasterio del Escorial.
Monumento en Madrid
Forma parte esta escultura de la
serie concebida por el fraile benedictino Martín Sarmiento en 1743 para la
decoración exterior del Palacio Real y, concretamente, de la balaustrada
corrida superior, atendiendo a los proyectos de Juvarra y Sacchetti. Fueron
esculpidas 114 estatuas entre dicho año de 1743 y 1748, durante los reinados de
Felipe V y Fernando VI y bajo la dirección de los escultores de S.M. Juan
Domingo Olivieri y Felipe de Castro, las cuales se llegaron a colocar total o
parcialmente, pues hay noticia que, durante el reinado de Carlos III, el
arquitecto mayor Francisco Sabatini llevó a cabo su desmontaje y almacenamiento
en el Palacio, atendiendo a nuevos criterios estéticos. En 1842 fueron
restauradas por Francisco Elías y José Tomás, distribuyéndose por diferentes
lugares, como la Plaza de Oriente de Madrid (40), el Parque del Retiro (13), el
Museo del Ejército (6) y otras localidades, como Aranjuez, Toledo, Burgos,
Pamplona, Logroño y Vitoria.
Esta escultura pertenece a la
serie del Museo del Ejército, colocada seguramente tras la restauración y
reconversión del antiguo Salón de Reinos antes de 1880, caracterizándose como
en el resto de casos por su escasa relación entre sí, mezclándose dinastías,
reinos españoles y épocas sin orden.
Esta estatua se asigna al rey
Luis I de España, pues aunque no está identificada, su imagen se conoce gracias
a los diversos retratos pictóricos y grabados que de él se conservan. Miembro
de la dinastía Borbón, fue el segundo en subir al trono, si bien el primero en
nacer en España, quien habría de recibir la corona en vida de su padre Felipe V
y por abdicación en 1724. Nació en 1707 en el Palacio del Buen Retiro y
falleció muy joven, a los siete meses de reinado, quedando sus intenciones
políticas frustradas. El traslado de esta estatua a este lugar podría estar
relacionado con su nacimiento en él, por lo que, con la de Felipe IV, sería una
de las dos estatuas aquí colocadas que tendría justificada su permanencia, mientras
que las otras cuatro sin identificar podrían servir para completar la serie del
Parque del Retiro o de la plaza de Oriente. Se propone, por tanto, su traslado,
pero manteniendo su vinculación al lugar o al Salón de Reinos, en un plan
global de ordenación del edificio y su ámbito.
Se trata de la figura completa
del joven rey, de pie y de bulto redondo, vestido a la moda europea de la
primera mitad del siglo XVIII. La capa, sujeta en el hombro izquierdo, le rodea
también por el frente, cogiéndola con la mano izquierda, mientras la derecha
sostendría el báculo real desaparecido. La mirada al frente, con la cabeza
levemente ladeada, y el pie derecho apoyado en una almohadilla, dan sensación
de cierto movimiento a la figura. Se caracteriza por su factura poco depurada,
como consecuencia de su proyectada ubicación a gran altura.
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